miércoles, 15 de agosto de 2012

Una vez hablé con una persona y me hizo muy bien. Al principio me dijo obviamente algo que no quería escuchar. Todo estaba mal y le pedí un consejo. Su opinión fue más que acertada, pero yo no lo quería aceptar. Me dijo que en la vida a veces hay que poner las cosas en una balanza. Ejemplo. Vos estás con alguien, perfecto. Son felices, bla bla bla, hasta que por alguna razón las situaciones con esta persona te empiezan a hacer mal. Por qué hacen mal? Si se quieren... Bueno, no sé. A veces simplemente daña. Capaz los sentimientos cambiaron por un lado, capaz hubo una serie de situaciones malas, capaz cambiaron de pensamientos o sencillamente cambiaron las cosas. Cuestión. Sobre la balanza hay que poner la cosas buenas de un lado, las que nos hacen bien, y del otro las malas. Se puede vivir esperando? Se puede esperar un cambio de alguien que no pretende hacerlo? Claro que sirven las segundas oportunidades, pero la balanza sigue ahí. Después vemos qué pesa más. Si pesa más la parte de cosas buenas, significa que vale la pena seguir esperando e intentando recuperar los buenos momentos, de volver atrás y volver a lo lindo de antes. Si pesan más los malos, se sobreentiende. Siempre es mejor por más que duela dejar ir lo que nos hace mal. No vale la pena intentar algo que no va a funcionar. Si el esfuerzo no viene de ambos lados, no sirve, más allá del amor.